Saludo y bendición católica

Bendición de Aarón.

Sagrada Biblia: Números 6, 22-26. Esta bonita Bendición la daba Aarón a los antiguos Israelitas, por orden de Dios.

El Gran San Francisco de Asis daba esta bonita Bendición, a toda persona que se la pedía. Sólo que San Francisco de Asis, la daba en Latín.

El señor te Bendiga y te Guarde.

En Hebreo:

Yevarejeja Adonai Ve-Ishmereja.

 En Latín:

Benedicat tibi Dominus et Custudiat te.

 

En Inglés:

The Lord Bless you and keep you.

 

En Catalán:

El Senyor et Beneeixi i et Guardi.

 En Valenciano:

El Senyor et beneïsca i et Guarde.

 En Portugués:

O Senhor te abençoe e te Guarde.

 En italiano:

El Signore te Benedica e ti Custodisca.

 

EL SALUDO DEL CATÓLICO

     Otrora en el trato social, especialmente en lo tocante al saludo y otras costumbres, las referencias cristianas formaban parte de la vida diaria; era común saludar por la mañana con un “Buenos días nos dé Dios”, aunque la economía del lenguaje y la “modernidad” hayan suprimido la segunda parte del saludo “nos dé Dios”.

     En la época del Imperio Español, durante los siglos XVI-XVII, en España y las Indias, lo común era saludar a alguien con la jaculatoria “Ave María Purísima”, a la que el saludado debía contestar “Sin pecado concebida”; los Reinos Hispánicos se distinguían por su especial defensa de la Inmaculada Concepción, bajo cuyo patronazgo se hallaban. Hoy en día esta forma de saludo sólo se reserva ya para el confesionario y para dirigirse a los eclesiásticos, aunque cada vez menos.

     Una forma de saludo que también fue muy usual antaño fue el "Dios te bendiga", que los mayores empleaban para bendecir a los hijos y nietos cuando salían o entraban al hogar.

     De igual manera se mostraba la conformidad con la Voluntad de Dios con expresiones tales como “Si Dios quiere”, “Dios mediante”, “Primero Dios”, usándose para anunciar próximos actos, por simples que fueran.

     El “ecumenismo” con el mundo Protestante ha traído -entre otros males- que muchos que se llaman Católicos, hayan adquirido la fea costumbre de repetir el “Amén” de forma compulsiva y sin sentido alguno; da igual el contexto, si es un saludo o una explicación, ellos usan una y otra vez el “Amén” y aún piensan que quedan muy bien…

 

     RECUPEREMOS pues las formas tradicionales, nombremos a Dios, con los nuestros y con los extraños, sin temor a quedar mal o parecer “anticuados”.

Un abrazo

29 Nov 2023