Porque pensamos distinto hombres y mujeres 1

p. Edgard Paz

En el mundo se propugna la igualdad entre todos los seres humanos,  la igualdad entre hombres y mujeres, sin percatarse que la igualdad entre todos los seres humanos esta en función de su dignidad que es inherente a su ser personas; pero que aun siendo iguales en dignidad hombres y mujeres, siempre seremos diferentes, por nuesra morfología, por nuestra estructura sexual y cerebral.

Podemos observar que el dimorfismo sexual entre los animales no significa más que aportar las condiciones de posibilidad de unos procesos por los que se transmite la vida (encuentro y fecundación de los gametos) en función del mantenimiento de la especie. Unos procesos que están, pautados por el automatismo del instinto sexual. Es la especie la que tiene el “encargo” de perpetuarse y la fuerza de la selección natural la que se elige las características optimas para el nicho ecológico precisamente porque los que viven mejor dejan más descendientes.
Sin embargo, la capacidad del ser humano de ser el propio cuerpo (y por ser masculino y ser femenino don y aceptación de la persona del otro sexo) hace posible que sean los cuerpos personales de los padres los que engendren al hijo, de manera que causan al hijo más allá de un proceso meramente biológico de eficacia de la fusión de los gametos: la concepción de cada hombre es el don recibido como fruto del amor de un varón y una mujer; por lo menos debería serlo en función de la dignidad de la persona concebida, de nacer y vivir en un entorno igual de digno.

Entonces, dado que la persona humana es sexuada tiene necesariamente una relación filial, originante, con un padre y una madre y puede ser padre o madre y puede tener hermanos… Y desde la relación pluripersonal se abre el interés personal por la existencia mundana, es decir, la familia es el "mundo" inicial del ser humano.

Cada ser humano tiene “mundo”, en tanto que se relaciona con los demás y se hace cargo de la realidad en sí misma, objetivamente, y no sólo de modo subjetivo en función de su situación biológica. La apertura y relacionabilidad
de la persona humana tienen en el varón y la mujer su dirección propia. Y puesto que el cuerpo del varón y la mujer difieren la apertura a los demás, y a lo demás de cada uno de ellos difiere: hay un modo de funcionar del cerebro
de la mujer que aporta una mente femenina y un modo de funcionar el cerebro del varón que proporciona una mente masculina. La tarea permanentemente conjunta de habitar el mundo y dominarlo, de procrear y en definitiva de humanizar las relaciones interpersonales en la vida familiar de la gran familia humana, la Humanidad, es una “co-tarea“, en la que varón y mujer, como personas sexuadas, tienen sus tramos propios, y esto por poseer diferente corporalidad para cada tramo y estar especialmente dotado cada uno de los sexos.

La feminidad y la masculinidad son dos modos de ser afectado, de proyectar, de tener posibilidades y de comprender el mundo y comprenderse a sí mismo. 

continuaremos...

 

 

 

9 Dec 2015